El raudo caracol y el ómnibus destino Éxito: |
Concúbito con una filóloga:
“Le dije a Dámaris
Que atendiera a mi oasis.
«Mami, vengo ahorita».
«Sí, mijo, llévate la camisa».
“«Señor Comillas,
Siéntese; hoy haremos la hora del té».
«Soy alérgico al polen», le comenté.
«No a ese té, sino a esta te… ¿… ta’
Poniendo a escribir ahora?».
«Sí, ¿por qué, mujer?».
«No, nada, sólo sigue».
“Me runruneó:
«Te apuesto a dos denarios
A que no soportas a que se te pare
Si me ves sin paños».
“Y yo le recomendé:
«Te reto a que menciones
Las cinco vocales,
Mientras te lo meto, Srta. Ana Macía Pajas».
Y ella me devolvió: «Ok».
“Saco a Comillas JR,
Y lo meto en su Venus monte;
Retruécano de voces
De semen, ella era negra ¡Oreo!
¡Orios!
“«¡Ah!».
Lo saqué,
«¡¡Ah!!».
Lo retiré,
«¡¡¡Ah!!! ».
No sé por qué ella sacó eso a la intemperie.
Yo ni siquiera lo metí,
Tal vez finge orgasmos esta meretriz.
«¿Y qué te pasa, muchacha del diablo,
Te estás burlando de mí?».
«¿No ‘ta dentro, papi?».
Se sobó el toto, y era una hormiga de Toronto.
Pero yo no soy tonto.
Le dije: «No cumpliste, ¿viste
Que no puedes pronunciarlas?».
«Lo intentaré de nuevo, Sebas».
“Lo metí,
«¡Ah!».
¿Te gustan como Boca e’ piano?
«¡¿Eh?!».
Yo soy más lindo que él,
«¡¿Y?!».
Yo soy escritor, y él no,
«¡¡Oh!!».
Entro con la u,
«¡¡¡U, u, u, u, u!!!».
“Luego de terminarnos,
Nos seguíamos amando.
Su hermano Armando,
Armaba muchos escándalos
Que los lados de los dados,
Hicieron un pachuché.
Jugué con sus tetas como el parchís,
Y se enamoró de mí;
Cómo me vine en su buche.
“Esa filóloga, se llama Noemí.
Y no e’ mí entender su yo.
Aún no olvido sus glándulas de Bartolino,
Y mi escroto, llamado Jagui,
Me hizo fantasmagórico a Gudini.
“Es mejor tener sexo que hacer el amor,
Ya que el sexo mide el tiempo,
Y el amor, es eterno”.
—Emil Cerda.
A Sarah Hernández:
“El correo es mucho más comunicativo
Que los policías de Orlando,
Me monté en mi deportivo,
Y eso, que estaba traficando.
“A ellos les dolían nuestra pronta amistad,
Para mí no existen los amigos,
Pero es peor estar solito comiendo higos,
Siembro mi cosecha, ¿acaso eres la suerte que no ves la casualidad?
“Desearía tener sexo con una de Ámsterdam,
Porque mi país es bajo;
Yo tengo un bajo
Encima, que toqué el Bajo,
Y tú, Sarah, me besaste mi talento quídam.
“Me gusta cómo entrevistas sonrisas
Y me aplaudes por mi talento zoco,
Si por mi pene sería disuelto
Todo arrechucho adefesio Emil, y,
En el hotel de la Gramática es...
¡Ahusado usado! Mérito, a su silla.
“Y yo me estuve cagando en su silla,
Y tú, Sarah, dejaste sonrisas;
Sin embargo, yo no dije lo que es.
Tuve sexo con una del prez zoco,
O sea, Arroyo Hondo; pero gorda y
Come Pica Pollos, de amor disuelto.
“Fue yendo al albo albedrío disuelto,
Se sentó, a fin de prometer en silla,
Sus dicciones. Dijo: ¿Quién eres y,
Con quién te chuleas? Son las sonrisas
Más apresuradas. Vé a Noé, zoco.
Es una periodista: Sarah es.
“Si tiene un diario de lo social, es
Una monstruo con Parkinson disuelto;
Pronto me darán el Nobel, soy zoco;
¡Ay, Orbe! Le das vueltas a la silla,
Y Cerda, se pone en modo sonrisas.
Yo soy una mierda de persona, ¿y...?
“Compré fresas y fresas... Sarah y
Emil se llevan bien. Amistad es.
Besé tu artículo con mis sonrisas,
Y todo improperio en mí fue disuelto.
Me llegó el aviso desde mi silla,
Y el Demonio limpió mi parte zoco.
“¡Hola! ¿Quién saca mi dolore zoco
A partir de usted? Odio, amor, pez y
Mar. Mi pecera no estaba en la silla,
Me sumergí a buscarme. Quimera es.
Es superior el escrito disuelto,
Para verte. Pelirroja es sonrisas.
“Vos, tus sonrisas hacen a mi zoco
Feliz; y, el periodismo para mí, es
Volar disuelto; horrores por la silla”.
—Emil Cerda.
A Junot Díaz:
“Los payasos se burlaban de mí en los ultramarinos,
Me dijeron: “Tú, vete de tu país, maldito Emil nariz”.
Me reí, créeme; porque sus carcajadas eran molinos,
Y yo no me dejaré llevar de sus comentarios de Cádiz.
“Maldita sea, maldita sea, maldita sea;
Tu maldita madre, ¡coño!
“Tú eres muy joven, sigue escribiendo poema…”. O sea,
¿Si soy viejo, no puedo? Singa tu madre, Ogro.
“Junot, perdón por hacer este eje transversal,
Fue ese rapa su madre… me pone muy mal.
¡Ja, ja! Un poeta “erudito” haciendo modernismo,
Si yo deseo decir “chopería”, ¿por eso no tengo Gongorismo?
“¿Te demuestro mi talento, República Dominicana?
Ok, sólo Junot me entenderá, iniciemos:
“Ella es atea, y se entró al cenobítico;
Su novio estaba en el mismo cenobio
De nosotros; y como él era el novio,
Se supone que no vio.
“Me lo mamó, y su vagina Mr. Barbie,
Era de forma combado;
Se lo metí con mi catón coluvie,
Y el Padre nos sacó desembarazado.
“Junot, eres de Villa Juana, es decir, abigarrado
A mí; del Ensanche la Fe soy, y tu noticia es sima
De alcurnia derogar boñiga de cima…
Forúnculo del culo mío, ¡Cristo Rey sobrecerrado!
“Y mi vagina tiene desganas,
Ya que la gana fue descompaginada;
E ignominioso he yo de vivaquear
A la vírgula del nó, eres una simple buccadera.
“Mi talento es supuestamente frádaga
De jeroglíficos Atenas. Hice un hosmne
De mi aplauso japado solemne,
Pero se pradondeó de la saltimbanqui filófaga.
“En el subterráneo del Neoclasicismo,
El prefijo neo lo dijo Bayle;
Es significado de nuevo baile,
Si de nuevo era el iluminismo.
“Comentó: «Hilvanar lo mío a vosotros,
Pollas conmigo y el chiquilicuatro;
No felación judía con falcirrostro;
Si no anhelan a sus mujeres en cuatro».
“Yo no soy un poeta,
Sólo trato de serlo.
Cristiano dejé de serlo,
Por eso para Dios soy una vergüenza”.
—Emil Cerda.
Uno de esos poemas detrás del cuaderno:
“Sí, la misma rutina del metro
Es andar por la línea, y el caso del pendejo
Podría ser que ya no llore por los sucesos.
Pero sé, que el que ya no llora más,
Es porque está ahogado por dentro.
“Consecuentemente, el que tiene lentes,
Se ve mucho más inteligente;
Empero, el que usa Jordans,
Y salta bien lejos,
Es considerado un sin talento.
“Si ella viste formal, seria es;
Si ella viste con bajimama, es porque mama.
“No obstante, si el carterista no porta armas,
Y trabaja, tiene doble sueldo:
El propio, y el del trabajador en aprietos.
“Si yo veo a alguien que llega tarde,
No lo critico, porque no sé por qué vino tarde;
Si llega temprano,
Y yo llego tarde...
Yo soy el jefe, y él es solo un empleado”.
—Emil Cerda.
Imperfecta bienquerencia:
“Siempre vives como si todo el día fuese cierto,
Siendo, yo, un pez, que renace siendo muerto.
Pero, el ropero del pipero Pedro,
Me enseñó el rejuego de la p con la e y la o.
“Prefiero irme de todo el circulo vicioso; si mi adicción tiene adición por ser inversa, y no interna. Tu vulva siempre ha sido un cloroformo para mis huellas digitales. Tengo memoria fotográfica y emvidia de tus parafilias. Mi dolor es unmuni con los tuyos, porque yo mismo me comprendo aun clavándome las espigas. ¿De qué sirve creerse alguien si el culo se arruga, y Jesús siendo alguien, le lavaba los pies a incumbentes?
“Ahora, ¿te impresiono, Filología mía?
“Emil se preparaba para meter su pene en la panocha
De una hembra que apenas siembra su alipori
En sus espermas. Empero, es audaz, haciendo de trocha
Todo baldragas dominicano con intelectualismo a priori.
“Sale, y enseña a todo peatón sentón
Cómo debería de habérsele ido
El Tucusito; si a ver se le ha ido
El Nacho, al poeta collón.
“Era proxeneta, y la neta,
Que fumaba de todo el Caire
Que ellas pronunciaban con su jeta,
No obstante, su prónuba salió por el aire.
“«A ver,—le dijo a los vivos—,
Si yo tuviese conmigo
Todo español de Cataluña,
Su bandera el enemigo aruña
Si diera caña en el coito con su vagido.
“»Agárrame a esa meretriz,
Ponla en el extremo del Wall Street;
No deseo que os vituperen
Por tan negligente gente».
“Yo, siendo un majagranzas sin granjas,
Era un bruto capullo, el precioso
Tesoro que había en mí, no eran tantas,
Eran las de una mujer con exceso de sexo y ocio.
“¿Es cierto eso, que si besas a una persona ya besada
Son solo salivas?
Sa, coño, si fuera por eso, no viviéramos el alma salada,
Ni hiciéramos el amor con los ojos vendados.
Ya que, nuestra conciencia, ya alguien la desnudó.
¿No verdá, copyright por dos?
“Yo me moriré pronto, República Dominicana;
Saludos a Miguel Franjul, Franklin Mirabal,
Y a mis fans: a los que llevan mi vida.
Y si no tienen nada de qué hablar de su vida,
Pues esperen mi próximo disco, mis poemas,
Mi éxito y mis subideras de escaleras.
“Énfasis en lo fácil que es el Fax;
Envía, copia, recibe y por si aca,
Deja de utilizarse, el celular es sagaz,
¿Quién dejará de hablar
En persona,
Si por celular lo falso es real?
¿Yo tengo amigos?
Yo no tengo a nadie,
Mi gente.
Apréndanse esto:
Mientras tus respiros le permanecen
Al exhalo de un ex en aprietos,
Si eres asmático, y eres feo,
Y Jesucristo te asma,
Entonces,
Tus inhalaciones
Merecen mis respetos.
“No obstante, sonrío como todo caballo con éxitos,
Y con ninguna de las probabilidades
De poder alcanzar al establo viejo.
Porque brincaré las dificultades de la vida
Como si fueran pasos por calles sin nombres.
Y quién se va a quedar sin hijos y diciéndole a los cielos
Por qué la desgracia tiene apellido y la bendición tiene un amuleto.
El dominicano lucha cada día,
Y como ellos luchan,
Y como yo no soy dominicano,
Es bueno quedarse callado,
Porque saben que te aplaudirán los que te rechazaron.
He ido a editoriales, periódicos, revistas,
Todo me han rechazado;
Pero yo tranquilo,
Dado que, mi oportunidad tiene sigilos
Y el bate me susurra: Sólo dale en la esquina,
Si te llegas a concentrar y le das a la Oportunidad,
Un batazo de amor y de esperanza,
Y te das a nombrar, los que te rechazaron
Aprenderán,
Que esas chicas con las que estuviste, Emil,
No eran salivas,
Sino, superaciones y cosas de la vida”.
—Emil Cerda.
Autografiando culos:
“Esa tipa me puso en modo volátil,
Y mi mejor amigo era un proyectil;
Sólo faltaba mi orden de dirigir
A tal pluma con tinta, sinónimo de lápiz.
“Hicieron filas,
Eran divas;
A la morena, le dije: «Tú primero».
Ella me dijo: «Yo lo quiero
Cerca de mi piercing del lado izquierdo:
Que diga: Comillas, un escritor muy cierto».
La otra, la rubia, se desnudó;
La suerte es que yo era actor,
Y la besé, y le encantó,
Y me bisbiseó:
«¿Ves que es fácil rimar con pasado
Y con agudas, mi amor?
Ponme eso bien proyector,
Que se pronuncie: Emil estuvo aquí;
¿Quién tentará a este escritor?»
“Una llamada Romina,
Me dijo que era de Las Minas,
Me suplicó: «Ay, Comillas,
Enardecida estoy de caligüeva;
Chamo, besarte me da culillo,
Pero como sé cómo eres de cabilla,
Y que mi vagina es conejo,
Autografíame el culo de negro;
Y ponle: ¡Ay qué rico,
Emil es el primero!»
“Una de Atlanta, nombrada Rose,
Me dijo que yo respiraba hondo,
Se quiso burlar de mi narizón.
«What do you do, Emil?»
«I’m nosé.»
Se burló, se rió, se partió,
Se lanzó encima mío,
Y me susurró:
«I want you to fuck me.»
Y me puso la mano en su poto,
Me chupó los dedos
Y me entredijo de nuevo:
«Yo sé muy bien que tú eres un escritor nuevo;
Tienes cinco años, pero fóllame culero,
Perdona por mi mal español,
Pero te lo diré de nuevo:
‘Put your dick at my mouth’, Billy Bob».
“Llegó una de mis favoritas: La pelirroja
De la cual ni su nombre me acuerdo.
Su culo me puso en desacuerdo,
Pero sus vellos púbicos rojos me pusieron cuerdo,
Como si fuera el cuervo
Que traiciona a su dueño.
¡Oh my Godness!
Le dije: «Ven acá coño,
Ponte de ese lado».
Y puse en su ojete mojado:
«La lujuria es Emil»;
Y ella, que sufre de ‘spanking’,
Me hizo ladrillos:
«Ay, Emil, me encanta tu viril.
Fírmame con el tintero completo,
Con una felpa bien dura y llena de deseos.
¡Ángeles! Qué rico me azotas, Comillas,
¿Ya le hiciste el amor a Poesía?
Es porque sé lo celosa que es».
Y ella, estrenó a sobar mi pene desde mis zaragüelles.
“Llegó Angelina, y era hermana de Angélica;
Era su voz angelical
Como la su coño, llamada Ángela.
A esa se lo metí como miles de veces:
En posición del ‘Amazonas’, ‘Flor de loto’,
‘El momento del zen’;
Y en el álveo la calibré como a una moto,
Se puso sus pinzas en su toto,
Y me voceó:
«¡Esto es el mar, investígame, buzo!».
Y yo, siendo un buso,
Le dije de abuso:
«Mis intenciones son de abstruso».
“Yo sonrío,
Y soy un grillo.
Ensanchefero soy
En Quisqueya estoy,
Pero... yo mismo me contradigo:
Gracias por todo, Gemidos”.
—Emil Cerda.
República Dominicana mía:
“Como todos los animales encima de mí
Pudieron verse feliz,
Conmigo en ti
Y miles misil (...)
Polifacética actriz.
“Ja, ja.
Es verdad que el dominicano inventa,
Mientras otros dicen: Hola.
Uno dice: ¿Y e’ta embromienda?
Mientras unos dicen prostituta;
Uno dice: Cuero;
Mientras nos imitan,
Nos volvemos serios.
“Pero, algo raro es:
¿Qué es pájaro?
Porque yo no volaré si es de un mal-trato.
“Ya, terminé con este poema.
Ah, espera:
Haití, pa’ su tierra.
Yo... sigo feliz porque Duarte, Sánchez, Mella,
Están tristes por ver cómo la frontera
Nos relaja a medias.
No soy racista.
Libertad es libertad.
Es libre de toda potencia extranjera.
Ojalá y no venga un tsunami,
Porque yo me fajaría con quién sea,
¿Por mi tierra?
Sí, duélale a quién le duela.
Dominicano soy aunque otros no me entiendan.
“Qué lo que contigo, manito.
Chilling no tobul con to’ lo paquete.
¿En serio, nueve?
Ayer me saqué el nueve,
Tú eres de lo mío, man, no invente’.
Vamo’ a roda’ pa la lleca,
Tú eres mi panadería,
Tráeme una fría.
Sí, soy del Ensanche la Fe,
También de las Américas,
Coño, tú sí relaja, papá,
Tú lo que ere’ un salami
Y no he acaba’o de empezá’.
Tú eres un felacionista,
O sea, cafetería Mama Guelo
Y no huevo.
“Diablo, mami, tú sí ‘ta como e’.
¿Y yo no tengo talento
Sólo por practicar el lenguaje de mi jerga?
El que olvida sus raíces,
Siempre se venderá en otras tiendas.
“Por eso, siempre hablaré con la l,
Porque soy del Este (mentira soy de D. N.);
Ensanchefero soy, lo dice mi frente.
Ahora, compa’i, ruede por ahí,
Conmigo no invente,
A mi llaman el descalifica gente.
No sea tan pelele y tan inerte;
Dame lu’,
Claro, tú siempre te roba’ la lu’.
Cuando tú iba’, yo venía; y debía tre’ recibo’ e’ lu’.
“Pero, en serio,
Yo soy escogidista;
No se verá cuando el león es cogido,
Pero yo soy tricolor y escogido...
Y e’ cogi’o...
Dame mis respetos.
República, lo lamento,
Te amo tanto, que te ofrezco mis talentos.
Y me voy más allá,
Yo... por usted... quisqueyano muero.
Y en mi entierro
Reciten mi poema: ¿Qué pasaría si yo muriera hoy?
Oren por todos, no por ellos;
Quienes vendieron su patria a los negros.
“Sí, es cierto,
Lo traemos pa’ la mano de obra;
Quiero saber si algún día
Han visto a un dominicano pegando con ropa:
Varilla, block de ocho; y no comiendo boca.
Perdón, si eres haitiano y lees esto.
Yo te comprendo.
Sin embargo, peleamos desde antaño,
Duarte y los demás no se equivocaron.
Y como dijo este poeta cruzado de brazos:
Yo amo mi pendón,
Los negros: ¡adiós, mil ochocientos veinte dos!
“... Sierva, ¡jamás!
Eso no lo creo ni yo.
Sustantivo, adjetivo,
Verbo, adverbio,
Suplemento, complemento,
La quinta pela va’,
Y todavía se le para el güebo.
“¿Diablo, todavía ven a Jesucristo y lo andan dudando?
No, pero u’tede’ son muchacho’,
Porque ‘Son del ingenio’,
Esa tipa sí e’ ‘Mañosa’,
Y ‘Una mujer está sola’;
A mí me hablan así
Y yo cojo un maldito su’to
Que las brujas de Moca
Ni pol su boca
Mencionan a la literatura tan inequívoca,
Dado que, si Quisqueyana lee...
Y tiene bajo a boca,
Le darán un tapaboca
Y le enseñaran a la Antillas,
Quién manda en las popas.
Pero no, ella prefiere ser loca,
Y ser catalogada como foca,
Y ser de inteligencia poca,
Al ser iletrada de mascota.
¡Diablaso, Dios Santo!
Qué mardita antítesis más loca.
“Hispaniola, no Hispania;
Lee, ha’me el grandísimo favol,
Pa’ cuando te pregunten: ¿Quién fue Colón?
Tú no le re’ponda’: Juan Bosch.
“Sí, tienes paraísos hermosos y de todo;
¿Por qué crees que a las dominicanas le’ meten la punta cana?
La melanina no se equivoca,
Déjate de cosa’;
Se ‘ta casando una bruja,
Coño, lo viejos sí inventan vainas tan papandujas.
“Ya, demasiado largo e’te poema;
Te amo, lo sabes,
Por eso,
El que está leyendo este poema,
Antes de criticarme sin saber:
Me gradué de la ESO,
Y eso, que fue con dieciséis plebeyos.
“En verdad, vengo de ti,
Pertenecer a ti no deseo;
Sí, recité otro poema mío,
Espero y no salte el copyright,
Porque Pedro, Mir,
Y todos ellos,
Me aplaudirán por leer aun no querer leyendo”.
—Emil Cerda.
Crimen sin sospechosos:
“Tontos teclados sin aprobación alguna, prefiero mil veces irme de este mundo a... ¡mierda! Maldito teclado, no me deja escribir. No sé qué pasó hoy, ni ayer, ni en mi vida últimamente.
“Estoy cansado, no estoy confundido; soy el único que admite su error aun cometiéndolos. Métanme preso, llévenme a la cárcel; quiero sentir qué es estar encerrado sin cometer un delito. No recuerdo si «crimen» tiene tilde por ser aguda, pero será grave el problema si no sé si la lleva.
“SEÑOR, perdóname, de verdad. No vengo con excusas, Tú muy bien sabes mis asesinatos, pero, si me apresan por siempre, tomaré mi condena. Yo, ya dame mi pertenencia... excusa, aquí hay muchos jornaleros, ¿cierto? Pues, quédate con mis bienes. Prefiero trabajar a que vagar.
“Soy soso, un único; aparentemente apartado a las Antillas, esperé en el estanque.
“¿Por qué no matarme para que así no me carguen más crímenes? Ves, ahora sí lleva tilde.
“Me tatuaré el plano de los homicidios en mi boca, los hablaré a todos en el pináculo del tentáculo del tubérculo. Tu músculo es un obstáculo en medio del vehículo. El oráculo era ridículo. En fin, tantos «culos» que no sé si cagar, o ponerme a pensar si son sufijo o prefijo.
“Revíveme del ardor de mi placer. Este no soy yo, no soy quien soy; sólo un loco creería que la libertad está en estar entre rejas, cuando ni siquiera sabe que la libertad uno se la ingenia al estar loco; porque locos somos al llegar pensar que escapar sin correr, es lo mismo que regresar sin volver.
“¿Por qué no vienes por mí, SEÑOR? Este Yo me asusta, ¿por qué no me hiciste de cerebro solamente, y sí de corazón? ¿Por qué no me concediste el poder de pensar, a que dejarme llevar? Freno, aun no teniendo frenos; corro, aun no teniendo pies; sonrío, aun no teniendo boca; estornudo, aun no teniendo trompa; hablo con señas, aun teniendo dientes para hablar; voy en carro, aun teniendo pies para caminar; me hago el ciego, aun teniendo ojos; me aguanto la respiración, aun teniendo pulmones; contradigo mis hechos, aun teniendo razones; me niego, aun afirmando; me detengo, aun avanzando; escribo, aun... estando... preso; aun huyendo sin ser perseguido; con la cárcel abierta veinticuatro siete, con todos lejos de mi escena del anochecer.
“Lucho conmigo mismo, no, eso es mentira. Tengo un álter ego, que afirma ser yo mismo; que en las sombras, sale a matarse entre espejos, navegando en pieles bordadas de placer, para ver si así se elimina a sí mismo del policía. Porque si lo encuentra, estará condenado de por vida”.
—Emil Cerda.
Retrocede:
“Todo un valle vociferó esos alacranes
De “llévame al estrato”,
Sí, es cierto;
Pero esos pies eran de falsedades
Como el yeso de un ciego.
“Particularmente, ellos me mintieron,
Me dijeron que el placer primero,
Pero yo les recalqué:
Yo hago el amor con amor,
¿Eso contaría como incesto?
“Maldito de mi maldición,
La Muerte me sigue en cada ciudad de pasos,
Llenas de hormigas curiosas que se curiosean:
¿Existe el ser humano,
Existe la diarrea?
“Porque esas gotas son profundas
Como el Atlántico en el taladro
Malandro de la talla punta.
Aprieto el escroto de mis compras,
En ellas llevo: DIOS, mi talento, mis traumas,
Mis problemas. Pero, yo soy ciego,
Por ende, no sé cómo guiarme... eso es mentira,
Si Ray Charles tocaba,
Yo tocaré el pavimento en cada esquina,
Para asegurarme... de que no hay carros en las esquinas...”.
—Emil Cerda.
Bifronte y palíndromo mío:
“Roma: Amor a áloe, sed Onle. (Él no deseó la aroma, Amor).
Oídos se ora rol rama. (Amar lo raro, es sodio).
Sanar salgue o relej, id él. (Le dije, le rogué las ranas).
Acude aires arroz, rama se roma. (Amor es amar, zorra sería: educa).
“Oso oró sus seres y seres sus oro’, Oso.
Sometemos: allá reconocer es reconocer.
Rallar al alba, mamá, mama. Habla la rallar”.
—Emil Cerda.
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¿Qué pasaría si yo muriera hoy?
“En primera instancia, deseo aclarar,
Que este epitafio lo hice por puro afán.
“Luego, el holoceno de mis ojos,
Me avisaron con despojo,
¿Qué hay del cangrejo
Que Cicerón cerró al cerro?
Cicerón, si serás…
“Entretanto, el médico me recetará
Una cucharada de morfina,
Abriré la boca sin lidocaína,
Y en unos parpadeos me anestesiará.
“Me pondrán bonito,
Y mis dientillos,
Eran de tal filo,
Que ni los trenecillos
Pararían un poquito.
“Llorarán, flores pondrán,
Algunos hipócritas me saludarán,
Y hasta citarán algunas de mis palabras.
“Dirán algunos: «Era un buen muchacho,
Tenía demasiado talento». Y otros años:
«Era un mal muchacho, escribía lento».
“¿Viste? No tomaste en cuenta
Que el anterior verso era libre;
Y que era consonante hueco,
Después asonante medio,
Entre tal erudito penta;
Y mi caja de muerto será el eco.
“Seré recordado por días, años, minutos,
Segundos, microsegundos; estaba en aprieto,
Cual asíndeton incierto,
Se parecía a la paremiología mía.
Pero, yo mismo diría:
¿Por qué me lloran, si yo no estoy muerto?
Ciertamente es mejor fulminar,
Para así despojar tal nave rata.
Rata tarada, dará raras ranas
Y saltarán al más allá.
“Yo no soy famoso,
O sea, calidoso.
Nadie me citará con tres quevedos,
Aunque ya yo haya tenido cuatros.
Me recordarán los que algún día ayudé,
Los que algún día los llamé;
Me recordarán los que un día, rechacé.
¡Ay, por qué te fuiste!
Yo no me he ido, mas bien,
Ya me encontré.
Lo mejor fue irme,
Así entiendo lo que es no ver.
“Es mejor morir, ya que comprendes que ni la Esperanza,
La Gloria y la Soledad, serán adjetivos con guaraná
Y nombres dados a féminas…
Que estén buenas sólo en memes, y en tu alcatraz.
“Cientos de requiebros,
Y yo sin ni un sueldo.
Yo puedo rimar sin sentido,
Pero es mucho para un muerto.
Analiza esta métrica,
Y si es de mucha prisa,
Se lo diré a las brisas
Mientras hexasílaba reversa,
El Yan, y el jean, eran racistas.
“Me recordarán cuando un tocayo mencione su nombre.
Y dirán en sus razones: Emil, era un verdadero hombre.
Claro, no les dejaré mentir, no estaré en el jardín,
Pero seré plantado en marcapasos de otra locomotriz,
Llamada Beatriz, o sea, juventud. Y con esa similitud,
Muchos mirarán en mi ataúd, que estoy sonriendo con exactitud,
Y no consuetud.
“Seré llevado al cementerio,
Y muchos me velarán;
Pero SEÑOR reprenda al diablo,
Por tratarme tan a mar.
“Largo, insolentes himnos.
Ya no estoy en esa caja;
Recuerden que uno, que está en Cristo,
La muerte no existe, ni acaba;
Sino, que descansa,
Hasta que raye el alba…
Y que Alba, me diga:
«Emil, ¿te gusta la trompeta?
Yo soy trompetista,
Te enseñaré una ahora misma;
Sí, con a, y sonará,
Empero, hasta que insistas…
Que ya no lo estás».
“Mi vida fue un boleto,
En su sur era tan prieto,
Que asustó a un violeto.
Créeme, de verdad, amiga;
¿O que quieres que siga?
Sólo basta con que me lo digas,
Pregúntaselo a las intrigas.
Subir, bajar,
Llegar, estar.
Estrella, ondular;
Oso, polar;
Hospital, sideral;
Espacio, universal;
Amor, unilateral;
Labios, frontal;
Cotorra, labial;
Glacial, glaciar;
Paro, Nemo;
Oído, espeso.
“Lista, negra;
Hasta luego, torpeza;
Adiós, sin reversa;
Volver, con ausencia.
“Cosmólogo especializado en el cosmos;
¿Y tú sin arreglarte piensas en ayudar al otro?
¿Qué pasaría si yo abriese los ojos en medio del velorio?
¿Sufriría de tanatofobia, o espantaría a los convidados?
“Seré entregado al polvo, porque es mi procedente.
Evidentemente, este trébol trepó por tres trenes.
¿Qué pasaría si yo no muriese verídicamente?
¿Me falsearía a oírlos quejarse de mí,
O haría un lloro de feligreses con confeti?
“Yo no soy moda, a mí se me respeta.
La poesía en estos tiempos,
Se hizo señora de este poeta.
La poesía hecha hombre,
Así me identifico;
Dile, Columnario hípico,
Como ese prohombre
Tenía malos pasatiempos.
“Escribo esto, en un pre-infarto,
Y ya mi corazón me va avisando,
De que me queda otro rato.
“Insisto en que mencioné la dicción cementos
Como más de diez mil veces.
La verdad no puede ser overolizada, sargentos,
Porque hipérbole es cemento, cadete.
“Ya no la mencionaré un poquito nomás,
No te doy una nomás, porque no te llamas Nomar.
Tú, retrógrado pintamonas,
Abre aquel guarismo cascarrojas.
“Escribirán mi biografía en Wikipedia,
Ah, verdad, que ya no está de media.
Me podrán honoríficos,
Ah, verdad, que su tardanza tiene instinto.
“Dirán que hice esto fabuloso,
Los que me hablaban a mi dorso,
También lo vocearán.
Y las mujeres que besé y maltraté
A mi nombre se bautizarán,
Espero y yo no llegue tarde, las até…
“Ya no llores,
Deja a los muertos con los muertos.
To’ ellos me murmuraron mis momentos.
Muelle del valle, con doble hache;
Hormigas Importantes Polillas, Hablantes Oportunidades Precarias.
Raro Amanerado Precoz,
Déjaselo a mi señor,
¿Te importa tanto mi flow?
Wau, tu apellido es Arias,
Aries, ¿harías algo por mi Cáncer?
Ya no soy un Tauro,
Porque no me pusieron los cachos,
¿Entiendes, Napoleón?
Espero y tu mojón sea muy duro,
Porque mi inodoro es de oro,
Y Teodoro te adoro
Por poseer un euro.
“¿Qué pasaría si yo muriera hoy?
No sé, cuestiónaselo a los viejos,
Porque sin conocerme,
Me aplaudirán los presos.
“¿Qué pasaría si yo feneciese hoy?
No sé, la caja de muerto no lo sabe;
Y aunque fuese un fecal,
Mi aptitud estaría en modo fetal;
Pero no es mortal,
¿No verdá, usté, arcaísmo inmoral?
“¿Qué pasaría si me diese mi primer infarto?
No sé, supongamos un lenguaje abstracto,
Fuera del mal Andro, andén de Andrés,
Si estás en tus días, no lo pague conmigo tu desdén.
“¿Qué pasaría si yo mirare a todos con mi alma?
¡Acaso mi apellido no tiene calma?
Te lo repito, está permitido por la RAE,
Ser diferente está dentro de mis cachivaches.
“Si no sabes hacer un poema,
Yo te enseño, porque soy un escritor;
Si no sabes hacer tu vida,
Yo te enseño, porque soy un director;
Si no sabes hacer un ensayo,
Yo te enseño, porque comprendo tanto;
Si no sabes nadar, y lloras,
Yo te enseño, porque no me desahogaría en tus llantos;
Si no sabes cagar,
Yo te enseño, porque cago con estilo;
Si no sabes ser inocente,
Yo te enseño, porque antes era un niño;
Si no sabes tener paciencia,
Yo te enseño, porque soy apellido Demorizi;
Si no sabes ponerte lentes,
Yo te enseño, porque antes era un friki;
Si no sabes bregar con computadora,
Yo te enseño, porque soy técnico en Informática;
Si no sabes dormir,
Yo te enseño, porque antes no descansaba mi alma;
Si no sabes amar,
Yo te enseño, porque fui Cupido;
Si no sabes prometer,
Yo te enseño, porque cumplo lo que digo;
Si no sabes ser único,
Yo te enseño, porque diferente soy;
Si no sabes buscar problemas,
Yo te enseño, porque mi vida ha sido un lío;
Si no sabes besar,
Yo te enseño, porque he tenido miles de novias;
Si no sabes comprender,
Yo te enseño, porque he llorado a solas;
Si no sabes pararte,
Yo te enseño, porque he usado muletas;
Si no sabes pedir perdón,
Yo te enseño, porque he perdonado a setenta;
Si no sabes buscar a DIOS,
Yo te enseño, porque hui sin ser perseguido;
Si no sabes saludar,
Yo te enseño, porque he dicho hola desde chiquito;
Si no sabes mirar,
Yo te enseño, porque he sido ciego;
Si no sabes oler,
Yo te enseño, porque olfato tengo;
Si no sabes leer,
Yo te enseño, porque soy el único escritor que no le gusta leer;
Si no sabes escribir,
Yo te enseño, porque antes plasmé en un papel;
Si no sabes despedirte,
Yo te enseño, porque ya estoy muerto;
Si no sabes moverte,
Yo te enseño, porque siempre he sido inquieto;
Si no sabes ser ateo,
Yo te enseño, porque hablé del unicornio;
Si no sabes cómo agarrar,
Yo te enseño, porque antes era mocho;
Si no sabes disparar,
Yo te enseño, porque soy sincero;
Si no sabes soñar,
Yo te enseño, porque Peter Pan es mi nieto;
Si no sabes qué es un Koala,
Yo te enseño, porque yo sueño despierto;
Si no sabes qué es la sangre,
Yo te enseño, porque familia tengo;
Si no sabes rapear,
Yo te enseño, porque soy maestro de ceremonias;
Si no sabes cómo conseguir dinero,
Yo te enseño, porque una vez estuve en olla;
Si no sabes manejar,
Yo te enseño, porque antes yo frené;
Si no sabes quién es Santa Claus,
Yo te enseño, porque he regalado juguetes;
Si no sabes sonreír,
Yo te enseño, porque he abierto la boca;
Si no sabes fumar;
Yo te enseño, porque mi mente se ha vuelto loca;
Si no sabes morir,
Yo te enseño, porque he renunciado a todo;
Si no sabes seguir,
Yo te enseño, porque ya me he arrastrado;
Si no sabes comer,
Yo te enseño, porque soy ambidextro;
Si no sabes tu talento,
Yo te enseño, porque demasiados ya tengo;
Si no sabes hacer un párrafo,
Yo te enseño, porque he volado paredes;
Si no sabes hacerte el loco,
Yo te enseño, porque he ignorado a gentes;
Si no sabes abrazar,
Yo te enseño, porque he sentido el calor en el invierno;
Si no sabes sentirte amado,
Yo te enseño, porque odié a quien me amó;
Si no sabes cómo respirar,
Yo te enseño, porque me ha faltado la respiración;
Si no sabes correr,
Yo te enseño, porque he iniciado algo;
Si no sabes cantar,
Yo te enseño, porque he tarareado más de un rato;
Si no sabes ser un perdedor,
Yo te enseño, porque he sido vago;
Si no sabes dar valor,
Yo te enseño, hijo mío, porque yo valgo tanto;
Si no sabes rescatar,
Yo te enseño, porque no me he quedado de brazos cruzados;
Si no sabes qué es ser bizco,
Yo te enseño, porque he mirado a ambos lados;
Si no sabes ser humilde,
Yo te enseño, porque me he quitado mis calzados;
Si no sabes ser dominicano,
Yo te enseño, porque sé cómo sobrevivir a todo;
Si no sabes odiar,
Yo te enseño, porque antes era un ogro;
Si no sabes conquistar tesoros,
Yo te enseño, porque conocimientos he adquirido;
Si no sabes responder;
Yo te enseño, porque de callado mi voluntad me ha ceñido;
Si no sabes beber vino,
Yo te enseño, porque he comido uvas;
Si no sabes quién soy,
Yo te enseño, porque antes no sabía qué yo era;
Si no sabes traicionar,
Yo te enseño, porque me he traicionado a mí mismo;
Si no sabes suspirar,
Yo te enseño, porque he escrito añicos;
Si no sabes leer villancicos,
Yo te enseño, porque odié la Navidad;
Si no sabes resucitar,
Yo te enseño, porque me he vuelto a parar;
Si no sabes meditar,
Yo te enseño, porque he pensado en todo;
Si no sabes qué es un soliloquio,
Yo te enseño, porque he hablado solo;
Si no sabes orar,
Yo te enseño, porque DIOS ya me contestó;
Si ya sabes todo esto…
Pues… me alegro…
Porque nadie nace sabiendo, ni nace viejo.
Pero si en verdad, estás en duda de algo,
Yo te enseño, porque me he cuestionado demasiado.
“¿Qué pasaría si yo muriera hoy?
No creo que pasaría mucho,
La mortandad aumenta,
Mientras que la natalidad ahuyenta.
“A Emil Cerda nadie lo conoce,
Ni a Emil Cerda Demorizi,
He escuchado entre voces;
Ni a Emil Sebastian Cerda Demorizi,
Ni a Emil Demorizi…
“Pero sí conozco de su seguido,
Mientras tú pides auxilio,
Ya Emil se escabulló.
Se llama Jesucristo,
Y si deseas conocerlo,
Sería de buen provecho
Que le dijeras esto:
“Padre, perdóname,
Soy pecador,
Lo admito;
Créeme,
Yo peco como todos.
Por eso, de algún modo,
Pido de tu atención,
Un poco de manutención
Para recoger mis lloros.
Te recibo como único,
SEÑOR y Salvador;
Y aunque no sea del Salvador,
A usted pido este clamor,
Y es que la perfección
Solo se hizo para vos.
Envía a tu espíritu,
Para que me guíe,
Y en medio de los boliches,
Yo no pueda ser tocado;
Sino, que me cubra tu mano.
Te lo pido, en el nombre
De Jesús, que así sea.
Gracias por lo que sea,
O sea, Odisea y no pordiosera;
Pero sí por DIOS será.
“No es: ¿qué pasaría si yo muriera hoy?
Sino: ¿qué pasaría si tú no tuvieras a DIOS?”.
—Emil Cerda.
JO:
“Mírame, maldita bastarda,
Ancha caminaste con las suelas
Flacas y nauseabundas llenas
De tu estúpida llamada.
“Mejor ven y hazme correr,
Porque te lo voy a prometer:
El que por ti pelee sin ser
Tu prometido... te convenceré:
“Entraré en materia:
La Dani hiela hiena
Le lijaron los dientes.
Puños desde el entente,
Veme peleando al revés.
“Bambú de tu tragaluz,
¿Cómo no tener tu luz
Siendo tú de Andaluz
Y amando a una cruz?
“No, esa estuvo fácil,
Porque eres tan dócil,
Como lo indica abril,
En el término difícil.
“Mama mi verso
Y te diré mi esfuerzo
Que por ti yo me inverso,
Ah, perdón, mi universo
En mí tus senos sosos
Como el semental cemento
De mis besos en tu falda
Mojada del hada.
¡Ding, dong!
Como King Kong, ellos
Me dieron un machucón,
Y me preparé un mofongo
En el logo del lodo dolo.
Lo verás de veras cuando
El Verás, ya no será
Pepe Verás.
“Yo, tengo traumas,
Pero también sicólogo.
Si yo pongo un melodrama,
Yo sería un actor sin monólogo.
“¿Sabes por qué?
Dado que yo escribo
Invisible, y visible estribillo
Sin saber el porqué”.
—Emil Cerda.
Puntos:
“Suelo escribir con ambas manos,
Es bueno ser ambidextro, mientras eres ciego.
“¿Por qué quieres pretender conocerme?
¿Cuál es tu razón de amarme?
¿Dónde está tu cerebro cuando me besas?
“Nunca podré sacarte de mi mente.
Olvidar nunca es una opción.
Te amo tanto que por Usted
Emprendería un vuelo al País de Las Maravillas.
Varios son los sentimientos de
Acercarme, irme y volver.
Y, cuando te vas, pienso que no me sanaré.
Aprenderé a quedarme
Solo, aunque solo no sea lo mío.
“Escribo sin ganas. (Te)nemos (busco)nas (idiota)s, (si)n (me)morables (ves)tidos; se (besa)n, (el)iminando (grande)mente (amar)gos (de)seos; (mi)xto (in)definido (finito) al verlas querer”.
“Recuerda: (trata)(miento)”.
—Emil Cerda.
Grabar:
“En aquella vez, donde se juntaron los besos del dócil
Engaño, llenos de amargura por el pasado, era abril;
Cuando escalé a Febrero, me dijeron: noviembre era difícil
De admitir que lo amaba demasiado. Ella era débil.
“Fresas en un solo (no sé si la RAE admita mi idea)
Cuerpo, esa es mi fantasía sexual; no quiero pelea
Entre mi cuerpo y mi alma, ya no más la tarea
De colaborar con el pecado de la lujuría en mi aldea:
“Habitada por aldeanos que quieren adelantar el calendario,
Follados por los traumas que los persiguen a diario.
Quito el acné de mis labios, y los chupo con el diccionario
En mis iris; prefiero quedarme solitario.
“Voy a reproducir mi mente con alocuciones abstractas,
Llenas de papiroflexias de placer, en la próxima esquina.
No me atreveré a pasar por donde está esa mujer,
Porque sé que me atrapará con sus redes del ayer.
“Y yo soy fácil de arrastrar al pasado, créeme, lucho con él hasta este presente. El futuro me castigará muy fuerte si no le hago caso al presente, de que no me detenga, de que estoy al frente”.
—Emil Cerda.
Jergas sabias:
“¿Escribirás el record de jergas mundial, loco inmundo? Me paré por Brasil y me dijeron «obrigado» por la grata visita, pero el mundial gritó Ceriani por todo São Paulo. Mientras, que el marica de Cartagena, estaba con un bironcho, que me comentó: parcero, ¿no irás a donde el ñero de Mauricio?
“Y yo, muy amablemente, le respondí: Mauricio realmente es mi consorte. Y me dije a mí mismo: ¿Acaso no ando buscando yo, una amistad con mendó? Ahí me di cuenta, que estaba en La Habana.
“Y me trasladé de lugar, donde nadie suele habitar, en el lugar inhabitado, la parte Sur de mi América. ¿Sabes por qué mencioné inhabitado? Porque sólo gente buena habita en ese lugar. Y me propuse jugar un juego, el de ser sincero; pensaba que me iban a dar por el caño, pero estaba en Buenos Aires; por eso no furrula el desdén del boludo, cuando en verdad, el ñoquis de la Verdad, duele más que el de la Mentira.
“El Mar me hacía mucho escante, pero sabía que hacia allá, había una diferencia entre hacia, hacía y Asia. Y me propuse, orar al Salvador. Me contestó, desde lo muy alto: No te vayas de libar, porque conozco a esta gente. Me repuse, y entendí que el Popi tenía jiotoso.
“Los Yorugas me dieron una carrera, pero no era con Karts, no, era con la yegua de mi ex. Uruguay con sus hermosas jergas, me enamoraron... y mi mente estaba zarpada.
“Y fui a donde su tocayo, Paraguay, sí, con una P intercalada. ¡Ayayai! Expresaron todos, entonces, la madre de Paraguarí, le sacó de su casa a su amada Banda. Más nunca volvió a cruzar por allí.
“Y tuvo que trebiar todo el día, luego comió un poco de Pati, y se fue a una Rica Costa.
“En un canal, donde el Mar es sinónimo, ni el Titanic se acercaba a aquel buco de estrellas. En el desierto, donde cae nieve, es donde habita, Panamá la bella.
“Y no, no estaba barreada el tiempo de amar. Porque si lo fuera, entonces, los ciegos no amarían. Ecos de países no mencionados, aun arrumbados en la estatuilla de Vespucio y Cólon. Ahuevo con la expresión, sin ganas de gatear, estaba chingón el poema cuando mencionaba a los países. Pero, se desvaneció... para dejar la sospecha de dichas jergas, plantadas en lenguas romances.
“Y así se acaba el acápite de la expresión: ¡¡Somos América, somos una Nación!!”.
—Emil Cerda.
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No me escojas, no sé amar, lo mío es...: |
Don't choose me, I don't know how to love, mine is...: |
Sin sentido, prosopopeya mía:
“Opiniones opacas, ombligos opuestos, oportunidades obvias.
“Ovas ovaladas oxigenan ozono. Orvallar ortografías orifican opios.
“Probando puentes probados, palabras... personas perpetuas platican.
“Perfeccionan pocas piedras, pueden pudrir pensamientos.
“Reordenar rimas, riñan rumiantes. Repelón Rodrigo, Rubia renegada.
“Unión unísona, una «umbrella», una ubicación, una ultramar.
“Zonas zodíacas zarpan zapatos zelandeses.
“Zarigüeyas zarzosas. ¡Zis, zas!
“Zato zanja zapotes, zagala zacea Zorras. Zuavo zurce zuecos”.
—Emil Cerda.
Creía en ti: |
I believed in you: |
Trovador impuro:
“Los lloros del Mar son incontables
Como el aire en el Universo
Y el agua en el Espacio
Y el calor del Sol, inaprensible.
“Como el amor incognoscible de Jesús
No se puede llegar a Venus
Porque es terco el cactus
Cuando va en un autobús.
“¿Te preguntaste por qué es consonante este
Poema o por qué le metí Métrica?
Lo que no sabes de este poema lítote
Es que poco has estudiado, Dióptrica.
“Entonces, muerto estoy, porque en el cementerio camino
Entre cenizas sexuales, como una Ninfomana en un desierto
Preguntarse: «de dónde venimos». Es lo típico.
Pero, «saber qué podemos hacer», la Muerte se calló”.
—Emil Cerda.
Calambur mío:
“El sastre zurció los zapatos siendo zapatero el sapo de quien hablaba mucho Zaos.
“Algunos ademanes de monos, trajeron hadas, para sentirse cómodo en la almohada de la armónica.
“Mi minilaptop es Dell y tuya, mientras que el laboratorio almacena lápices en el torrente minifundio.
“Pobre mujer que se fue a donde el cirujano a operarse las membresías delanteras, y éste le cuestionó por su inesperada operada en el centro: «¿Y su marido la apoya?» No, Doctor, solamente Yo las tetas.
“Murió en el quirójano, por ponerse vida en el nombre de la muerte. «¿Cómo le póndremos a este paciente?» Fácil, Doctor: Senos fue”.
—Emil Cerda.
ESY:
“Nadie sabe escribir
Hasta que comienza con la a.
“Como el que acaba
De pronunciar haiga
En vez de haya
(O sea, tú).
“¿Acaso nadie sabe la
Diferencia entre Autor
Y Escritor?
“—Sí, yo.
“A ver (eso lo dijo un ciego y nunca vió), dime la diferencia.
“—Escritor es quien es un torero y criminal, y Autor es quien escribe en el nombre del crimen.
“¿En serio poesía sin verso? ¿Eres un término redundante o te haces?
“—Entonces, explícame, Emil.
“Escucha con los agujeros de tus ondas: autor es toda persona que puede escribir, y que le guste hacerlo...
“—¿Y escritor?
“Es toda persona que con tan sólo escribir, hace que te guste leer.
“Y sí, Lector, Autor y Escritor NO son lo mismo. Uno tiene el talento, y el otro, tiene ese talento al creerlo”.
—Emil Cerda.
Naufragio de anorexias situaciones:
Todo se fue, con esos demonios bisbeseándome qué yo debería de hacer.
“Como los monos sonreír cuando y antes de atacar, así están estas cuchillas preparadas para cortarme. El proceso del anochecer es en reencarnarme en el mismo afrodisíaco. Con muchas píldoras que me harán masticarme el trauma que tuve hace años.
Como todo se va, en mi cuerpo hundirse, ante la piel lóbrega con huellas repletas de Cúpido. Me toca la fauna de mis reproches, y mi libido hace que cambie de posición visceral. Tanto así, que mi mente ya no es la misma con músicas no verbales; mi cuerpo lleno de gemidos, me excitan al probarme. Me chupo el ardor de mis lentes, la hipermetropía hace que vea de cerca los aullidos de esos enjambres de deseos. Esa miel echa de lagos en pantanos encima de las mandrágoras a la gota a gota, se agota el Dragón en Oregón con el tremendo susto gobierno al gobernarlo Ricardo de Draco Pesón. Empuña su maldita espada (¿qué? Sí, hay espaldas malditas, como sus dueños) y se mata a sí mismo con ella. En vez de sangre, bota pestes de veces en que lo ves, te dices: ¿este Caballero está sin caballo, o hierro posee que duerme en sí mismo mientras su herencia fluye?
“Como esas ninfómanas galopeando tras su amada pasión al besarte. Te dormiste tú, Sebastian, sabiendo que no puedes dormir porque tienes ojeras de un cuervo enamorado. Ellas te besan y se para tu clepsidra, sí, mal pensados, el clepsidra; no el comandante de dos peones que si lo tocas despierta como si hubiese llamado a tu suegra.
El pobre chiquillo llorando tras su bestial dulce de algodón, que navegaba el cielo encima del agua llena de Bacalaos. Se dijo a su recipiente mojado:
“—Si yo fuera un soldadito de papel, por lo menos combatería contra mis miedos al torrente amarillento; iría por ti mi dulce gaviota. Pelearía aun con la Tijera. Me haría trocitos por ti, mientras veo mis papelitos derramarse junto a mis iris. No me dejes caer, porque si yo fuera de porcelana, me hiciera de lana aunque mi orgullo se hiciera roca para no verte. Como el foco en medio del mar, en busca de bengala. Se venga la Muerte al no querer dejar ver
La luz,
Tu luz,
Para que te puedan rescatar”.
—Emil Cerda.
Las 27 luces de la Sociedad:
“Me imagino... mejor cállate, maldita perra de las prosas. No me digas que te tenga respeto, sabes muy bien que prefieres Métrica a que Verso Libre. Pues no te dejaré libre para el verso, mientras mi miembro se va la trica de tu «¿me dejas?»
“Chupa mi espermas, compáralos con una alejandrina, ¿catorce no? Pues los míos serán quince, llámalos quinceaversos.
“¡¡Qué te quedes ahí, bendita y maldita!! Si colocas otro verso después de un punto final, creo que me vendré y haré un Haiku de tus gemidos.
“¡Mmmm! ¡¡Maldición!! Esto es demasiado, Poesía. Ponte de espaldas, ahora haremos la posición del realismo: «El pobre fraile de Santo Domingo, cabalgando en su potro, se detiene en medio del vasto andar; a tomar monedas de cheles ya perdidas en el antiguo lenguaje de lo obsoleto, posicionado debajo de una mata de mango... éstos se les caen en la parte zurda de su consciencia, déjandole entender que como los locos también piensan, así también los mangos saben saltar aun sabiendo a jugo. Vuelve y toma el camino rustico y calizo, bajando por las calles de la antigua Zona Colonial. Observando a algunas meretrices de la rúa Jose Reyes, intenta darle una “cariñosa” escena al tópico de hemoglobinas antes previsto:
“»—Se-Señorita buscona, ¿cuánto cobra? —dice, desde su corcel color sobriedad.
“»—Señor, depende —responde ella, tocando su himen a la vista de la continencia del Señor Pecado.
“»—¿Depende de qué, Señorita? —vuelve a preguntar, bajándose del ruano, sacando los cheles que se encontró a su salida.
“»—De cuánto posea su dignidad. Si en verdad posee poca, me llevará; pero si posee mucha, me cazará.
“»—Yo soy apolítico, ¿eso cuenta, Señorita? Solamente tengo dinero para un pleno pica pollo de los que cocina la Sra. Juana, y un par de cheles para conversar sobre el coito.
“»—Me iré con usted, pero con una condición.
“»—¿Cuál? —dijo, rascando su cabeza, denotando inseguridad tras la respuesta.
“»—De que bote (?) por mí, yo soy del partido SIDA.
“»—¿SIDA?
“»—Sí, Señor Pecado, del partido: Sácame Improvisadamente De Aquí —contestó, llorando al tiempo mismo».
“El Señor Pecado entendió que podemos comprar la pasión por el dinero, pero no vivir plenamente de ella, así como en este poema el puto escritor mezcló el Surrealismo con el Realismo. La chica, se fue con el Señor Pecado, éste le brindó de lo último en su vida: unas cuantas copas de sinceridad, y unas cuantas paredes de humildad. Él era de basta edad, no se le paraba el reloj, por ende, la Señorita buscó otra forma para complacerlos a ambos:
“Formó un partido, donde ella y él sean partidarios, sin tocarse, sino, muriendo eternamente”.
Esto va para ti, mi pequeño Juan Bosch, Pedro Mir, Duarte, Mella, Francisco, Orlando, Peña, Caamaño, Frank Cerda, Ureña, Concepción, María, y todos aquellos quienes contribuyeron a que el Señor Pecado, ya no se llamara así, sino Sociedad. Y por supuesto, a nosotros mismos, quienes modificamos de cierta manera la ap/ctitud de la Sociedad.
Te hice el amor, Poesía, desde mi Patria árida. Ahora te toca a ti decirme si soy postumista o no.
—Emil Cerda.
Poim:
“Minusvalía:
Traumas de pies reposos,
Bambú inherente”.
—Emil Cerda.
Dos y cincuenta y siete a eme:
“Nuestros mundos hicieron el amor, al leerse el uno al otro. Surrealista, Culterana, Barroca, Magnífica, Terca, Versa Libre, Odiosa y Juguetona, Poesía.
“A veces quiero intimidarte con nuevas letras, pero ya sabes cuáles son, dado que el Dominó, dominó dos dones durante dimos a conocer la semblanza, Dominó.
“Ella quiere ababillarse en un Arce, mientras que el marso de Marzo, era un metatarso.
“Tantos crucigramas en la grama, que hicieron un Telegrama para el programa, y luego un pentagrama criptograma, que hizo posible el audiograma para el marconigrama para que entiendas que no sólo Crucigrama termina en grama.
“Y así de difícil es entender mis poesías, hasta el filólogo quedó desmenuzado ante tal costumbre de pasantías.
“Y si para usted poesía, es rima, entonces añadiré un poco de cacofonía en estas líneas: el alzaprima de mi prima, era la antepenúltima cima de esta epónima. Dando lugar a la máxima víctima opima de lágrimas, encima de la grima de En Paz, de Amado Nervo. Entonces, yo me encorvo, porque soy un Cuervo, en el torvo del ciervo, Yo tomo el corvo de su hircocervo.
“¿Te enojaste por la obsesiva aplicación de cacofonías? Te diré algo, mi pequeña lectora: Algo no es nada, como Nada, es Algo”.
—Emil Cerda.
La Verdad llama, pero no obliga:
“Lloramos riendo, y pensamos soñando, odiamos por amor y de él nos hemos olvidado.
“Damos limosnas pobres a pretendientes muy cortos, cambiamos el bien por el mal, y de DIOS nos reímos.
“Queremos ver el cambio pero no cambiamos nosotros, vemos el mal pasar y nos callamos de gozo.
“Por eso, la somnolencia más grande de un ciego es soñar despierto, y de un vago ganar mucho.
“Nos quejamos demasiado teniendo mucho y, cuando no tenemos nada apreciamos y extrañamos lo que poseíamos.
“Por eso nos es fácil romper las reglas cuando no hay un amet en la vía y, presumimos ser honestos cuando hay un peatón en la calle.
“DIOS está esperando a que cambiemos, pero Él no va a bajar del cielo para decirnos lo que tenemos que hacer.
“Escuchamos sonidos y palabras monótonas sin sentido y aportación; cuando nos dan consejos, auriculares ponemos, porque cuando oímos la Verdad, rojos nos ponemos.
“Queremos la paz exterior, pero no tenemos la interior, queremos que nos amen, pero no hacemos el intento de hacerlo. Queremos ser el ejemplo y nos apresuramos a caer, con sonidos sonámbulos que nos dicen: ¡Levántate! Pero no queremos volver.
“¿Qué les diré a mis hijos cuando esto subía en mi juventud? «Les dije que DIOS es el remedio de cualquier esclavitud; perdida de personas tapándose los oídos, porque piensan que están seguras en sus latidos».
“Nos vemos luego Generación sin futuro; cuando los vea cambiar ¡tendré que por seguro vino uno después de mi con pláticas de nudos! Mordidos estamos y a la soga le quedan momentos por despegar. Cuando evitas el consejo y no lo pones en práctica, eres como un escritor sin libros y una persona sin cédula.
“Espero que entiendas que sin DIOS estamos perdidos como pasos sin huellas”.
—Emil Cerda.